lunes, 13 de octubre de 2008

Capítulo 32

SEGUNDA PARTE: EL REINADO DE LOS INFIERNOS

Capítulo 32


–Todo se remonta a hace miles de años –comenzó con un rictus tenso­–, quizá a la civilización mesopotámica, aunque no existen datos fiables hasta bien entrado el siglo XVI. Según las leyendas, Naram-sin, que fue nieto de Sargón I, rey de los acadios, después de lograr unificar Mesopotamia se autoproclamó una deidad. Esto enfureció al verdadero dios Inanna que alzó a los Gutis (un pueblo de las montañas) contra él, destruyendo a los acadios y envolviendo a la región de nuevo en un caos. Al mismo tiempo vertió sobre él una maldición condenándolo a vivir eternamente, así como a sus descendientes, que serían varones. Los datos históricos revelan que Naram-sin falleció en el 2218 a.C., sin embargo escritos de diferentes pueblos a lo largo de los siglos venideros hablan de un extraño ser, un semidiós, que no puede morir. Existen testimonios que narran incluso que llegó a unirse a diversos faraones. Puede que sean sólo cuentos de viejos. Sin embargo, se encontró un documento escrito que aseguraba que un tal Anoshag (inmortal en persa antiguo), fue uno de los lugartenientes del mismísimo Jerjes.

–Espera, espera –interrumpió Nuria–, ¿Jerjes? Eso fue allá por el siglo V a.C si no recuerdo mal. ¿Estás diciendo que había una persona que llevaba viva mil quinientos años? Es imposible, no me lo creo –concluyó riéndose.

–Por favor, previamente os dije que fueseis receptivos, dejadme concluir –rogó.

–Anoshag era famoso por su destreza en el combate, caía herido y se recuperaba con pasmosa facilidad, era a todas luces invencible, aunque es posible que el rey conociera su secreto y simplemente lo usase para lograr sus objetivos más fácilmente. Jerjes, cansado de lanzar a sus hordas contra los espartanos sin lograr avances, retó en combate singular a Leónidas. Éste rechazó la oferta y solicitó un voluntario entre sus hombres. Fue su capitán quién combatió contra Anoshag, decapitándolo. No sé porque los griegos obviaron esta parte de la historia, quizás no dieron mayor importancia al hecho en sí. Lo que pasó luego con Jerjes y Leónidas es de sobra conocido. Todo parecía que iba a acabar ahí, sin embargo Anoshag había engendrado un hijo –hizo una pausa para tomar un trago de agua–.

–Luego se le pierde la pista aunque hay algún relato de la época romana, incluso de los árabes en España que hablan de un guerrero invencible que no envejece. Nada fiable. Probablemente durante la Edad Media lograsen hacernos el favor y lo quemasen en la hoguera, aunque son sólo elucubraciones. Lo que sí empezamos a tener documentado es a partir de 1580. Creemos que es el nieto de Anoshag y lo creemos porque literalmente murió y resucitó.

–¿Pero qué coño…? –interrumpió Toni.

–Sigo –continuó Charles mirándolo molesto por la interrupción–. Un antepasado mío, Scott Duncan, se enzarzó en una pelea contra alguien llamado Leonard y lo mató. Luego, como era costumbre, procedió a darle sepultura. Dos días más tarde Leonard entró en su casa mientras almorzaba con su familia y los asesinó a todos menos a su hijo, que logró escapar. A partir de ese momento mis ancestros se han dedicado a perseguirlo hasta dar con él. Lo encontraron en Rusia y le dieron caza hasta acorralarlo en una recóndita región de Siberia en 1908, donde fallecieron todos por la explosión de lo que parece ser que fue un meteorito.

–En Tungunska, si no me equivoco –aclaró Carlos.

–Efectivamente, así es –asintió Charles–. Sin embargo nuevamente nos equivocamos, había dejado descendencia. Alguien llamado Priest, que ha llegado hasta nuestros días. Según mis últimas informaciones está en Vigo.

–Hasta aquí la narración, ahora os diré a qué nos enfrentamos –concluyó mirando los rostros incrédulos y pálidos de los presentes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por fin un capitulo nuevo!!!!

Anónimo dijo...

gracias por volver de nuevo ;)

Jordim dijo...

Buen blog, tengo que volver.